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Querida Tú,

Qué puedo decir más que ¡qué desgarro al dejarte para ir a trabajar! Pero es que tienes la manía de comer todos los días. Jamás pensé que sería de esas, de hecho me juré y perjuré que me sentiría feliz como una perdiz al volver a las trincheras. Pero me voy y solo me entristece dejarte. Y es que ser madre trabajadora es más duro de lo que me dijeron.

Siento que me pierdo tu vida, que me pierdo cómo descubres el mundo, quieres verlo todo, tocarlo todo, entenderlo todo. No te veo crecer. Y oye, sé que estás bien cuidada y atendida, pero eso no me quita el dolor. Creí, por esta sociedad en la que he crecido, que mi deber como mujer fuerte era dar a luz y volver para triunfar en el mundo laboral.

Me engañaron. No soy más feliz por trabajar más horas. No soy más feliz por no verte. Clic para tuitear

¿Qué hay de la familia? ¿Por qué hoy en día el concepto de ‘mujer fuerte’ se asocia a aquella que trabaja sin descanso en la oficina? Las madres son igual de fuertes. ¿Es que acaso las que cuidan a los suyos no merecen reconocimiento, no tienen valía, no son unas heroínas, no son las que sostienen a la familia? ¿No es, de hecho, la familia la base de cualquier sociedad? ¡Cuidémosla!

Me gustaría, hija, que cuando seas mayor, cuando te conviertas en una mujer fuerte, sepas discernir su significado real. Me gustaría que fueras capaz de ser una madre trabajadora sin olvidarte de los tuyos.

Yo digo, y quiero que quede claro, family first. La familia primero. Clic para tuitear

No quiero conciliar el trabajo con la familia. No quiero trabajar para poder estar con mi familia. Quiero estar bien con los míos para poder trabajar tranquila, y eso requiere dedicarles mi tiempo.

Quiero cuidar de mis hijos, de mi marido, ayudarles a crecer por dentro y por fuera. No quiero perderme a mi familia. Pero ¡ojo! Me gusta trabajar, no pienses que todo esto es por un deseo de repantigarme en el sofá sin pegar ni brote. No es solo que tengas la manía de comer a diario (¡y varias veces!), sino que, como ser humano, necesito hacer, crear, ser productiva, útil. De ahí la necesidad de trabajar, de ahí mi título de madre trabajadora.

Lo que me pregunto con mucha intensidad es si debo renunciar a algo, si se pueden tener ambas cosas. La cuestión es: ¿Hacer un hueco en la agenda laboral para meter a la familia con calzador? O bien, ¿ubicar la agenda familiar y trabajar en los ratos libres?

Quiero ser capaz de ofrecer a mi familia tiempo de calidad, y no las sobras de mi tiempo profesional. Clic para tuitear

Y este equilibrio es una lata, me paso el día haciendo malabarismos y a veces me caigo, os trato mal, me enfado, no rindo en el trabajo lo que debería y me frustro. Pero es que soy humanamente humana. Imperfecta.

Solo quiero que sepas, hija, que lo hago lo mejor que puedo, que te quiero y que intento ser la mejor madre que te podría haber tocado.

Te quiere,

Mamá

Fdo: María Ros