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Te robo esta instantánea y se me forma un nudo en la tripa. Qué gran misión la mía, ¡velar por ti toda tu vida! Vértigo y paz a partes iguales.

Se me nubla la cabeza con las dudas, se me emborrona el corazón por la incertidumbre, me tiembla el pulso ante los obstáculos.

Y ahí estás tú, tranquila. Y yo… En paz. Dios dirá.

Texto: María Ros