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¿Qué es lo mejor que puede aprender una mujer? 

Que, desde el primer día, ella tiene todo lo que necesita en su interior,

pero el mundo intenta convencerla de lo contrario. R. Kaur

La mujer como concepto es un tema recurrente en la sociedad moderna. Pero es que en los últimos años se filosofa sobre este como quien hace churros. Los hay que se pelean sistemáticamente con el calzador para incluirlo en caaaaaaada santísimo discurso. Total, que la idea de ‘mujer’ se ha politizado y desvirtuado hasta el extremo. Aprovechando la casuística de que hoy es 8 de marzo, vengo a haceros una pregunta distinta.

Si me lo permitís me salto todos esos términos que nos queman en la punta de la lengua como conciliación laboral y familiar, igualdad, equidad en los sueldos, en las oportunidades, en el trato. Vamos al grano, ¿hacia dónde quiero crecer como mujer? Me pregunto a mí misma:

¿Qué es para mí ‘ser mujer’ hoy? Es más, ¿qué mujer aspiro a ser? Jo encara diria més, ¿qué mujer quiero que mi hija vea un día en mí?

La respuesta es tan sencilla que tumba de espaldas. Quiero ser de esas mujeres que crece por dentro.

 

Quiero ser de las fuertes. Para vivir felizmente la vida que tengo.

Quiero ser de las que lucha. Que nadie me pueda parar los pies si me propongo algo bueno, ni siquiera el miedo (al fracaso, al qué dirán, a la preocupación o al cansancio).

Quiero ser una mujer valiente. Sin amedrentarme ante los estúpidos que dicen “no vas a poder”, “no llegarás lejos”, “esto no está hecho para ti”. Y así atreverme a vivir mi vida como creo que debe vivirse. Clic para tuitear

Quiero ser de las buenas, pero de las de verdad. Una mujer honrada que ama por encima de todo.

Quiero ser de esas que tienen un corazón gigante. E ir ensanchándolo cada minuto y con cada persona.

Quiero ser de las empáticas. Ponerme en los zapatos de los demás y escuchar qué me cuentan sus cicatrices. Quiero de las que miran bien. Ser capaz de observar a otra persona a los ojos sin bajar la mirada: profundizar en el corazón que cada uno esconde bajo capas y capas de barreras emocionales.

Quiero ser de las que cambian el mundo. Mi gran empresa es mi propio camino: mi familia, mi matrimonio, mis amigos. Si puedo dejar huella ahí, mi vida habrá valido la pena. Quiero ser de las que se dejan hasta las cejas. Y desempolvar todo mi potencial para poder darle uso en el mundo. ¿Cómo voy a cambiar las cosas sin trabajar duro?

Quiero ser de las que pasan a la historia. No quiero ser recordada por grandes gestas, sino por haber aprendido que la vida es un camino y que ser mujer no es un obstáculo, sino un regalo que aproveché hasta el final.

Y, sobre todo, quiero ser de las felices. ¡Qué carámbanos! Quiero ser la mujer más feliz del mundo. ¿Vosotras no?

No persigo el empoderamiento femenino. No es que “quiera ser mujer”. Es que YA soy mujer. La cuestión es tener claro QUÉ CLASE de mujer quiero ser. Y a partir de ahí, todo es ir creciendo.

Fdo: María Ros