La comunicación es esencial en cualquier relación, no estoy contando nada nuevo, pero es básica para tener un matrimonio feliz. Hablar, hablar y hablar. Esa es la gran clave.
Y es que hablando se entiende la gente.
De nada sirve empezar a comunicarnos con el otro al cumplir 30 años de casados. No se llega a los 20, ni a los 2 años si no se habla.
Empiezas muy emocionado la aventura del matrimonio, creyéndote un valiente por embarcarte en este compromiso que no está de moda. Y resulta que la convivencia, el roce y el carácter de cada uno te agota profundamente. Y al final te tienta mucho dejarlo, te entra la flojera. Es más fácil rendirse que luchar por un matrimonio feliz.
El matrimonio requiere un esfuerzo titánico. Por ello os traigo 4 ideas para conseguir ese matrimonio feliz a través de la comunicación. 🙂
1. Adquirir conciencia de qué es el matrimonio.
Primero y ante todo es básico entender qué significa realmente esto del matrimonio. No es una asociación, ni una empresa donde se comparten beneficios.
El matrimonio es una unión, el compromiso de QUERER QUERER al otro el resto de tu vida. El matrimonio es una tribu. Clic para tuitearY es que tu marido/mujer va a ser tu compañero de penurias, tu copiloto, tu salvaguarda. Va a ser con quien te quedes dormido cada noche, así que tienes que estar 100% seguro de que es LA persona. No hay que perder de vista que nos vamos forjando poco a poco, de que crecemos por dentro a medida que crecemos por fuera. Uno no ‘está hecho’ del todo a los 18, ni cuando se casa, ni cuando es padre por primera vez.
La persona con la que nos casamos, cambia. Y nosotros también cambiamos. Por tanto hay que QUERER aprender a adaptarse al otro.
Leed bien esta frase, las veces que haga falta, porque es básica. Si no tenemos esto claro, no hay matrimonio feliz que valga.
2. Mirarse a los ojos.
La segunda clave puede parecer una estupidez. Pero es tremendamente efectivo. La mirada no miente, y mucho menos si te la sostienen. Probadlo: Sentaos uno en frente del otro y alejad las distracciones (móviles, niños, tv…). Miraos fijamente y decíos cosas, lo que os salga. Os garantizo que podéis soltar un ‘te odio’ y ver la verdad tras esas palabras.
Mirarse a los ojos es la prueba del algodón para un matrimonio feliz. Pero debe durar más que un whatsapp, no seáis vaguetes. Estad un buen rato. ¿Qué podemos perder?
3. Abrazarse mucho.
No recuerdo dónde lo leí, pero funciona:
8 abrazos al día de 6 segundos cada uno. Clic para tuitear¡Cuánto transmite un gesto tan sencillo como el de rodear con los brazos al otro!
4. Hacerse regalos.
Esta idea la cogí de Blessing.es y de su «Bless Gift Reto«. Nosotros la pusimos en práctica y fue formidable.
Consiste en ir haciéndole pequeños regalos al otro a lo largo de una semana sin decírselo. Se trata de querer al otro por sí mismo y no de echarnos flores sobre lo magníficos y sacrificados que somos. Los regalos pueden ser cosas tan sencillas como poner una lavadora, hacer la cama o prepararle el desayuno.
Al terminar la semana, nos sentamos en el suelo y nos dijimos, mirándonos a los ojos, qué creíamos que había hecho el otro por nosotros. Fue precioso darnos cuenta de cómo nos habíamos mimado con gestos sencillos. No salieron todas las cosas a la luz, porque no siempre nos percatamos de lo que los otros hacen o no siempre creemos que eso pueda ser un regalo. Eso también fue bonito.
Os lo recomiendo 100%. Si bien es cierto que al acabar esa semana volvimos a la rutina de siempre. «¿De qué sirve entonces?». De muchísimo. Esto nos ayuda a crecer por dentro, a crecer como pareja.
Estos días incentivamos la imaginación, el salir de uno mismo para pensar en qué podría hacer feliz al otro. Estos días demostramos al otro con actos reales que lo queríamos. Y cada uno recordamos que somos queridos por alguien.
¿Seguís pensando que es absurdo?
Fdo: María Ros